EL Día Mundial de la Vida Silvestre, está dedicado este año a la vida subacuática, una iniciativa para alertar de la protección de las especies en el mar.
La Asamblea General de la ONU, en su 68 periodo de sesiones celebrada en diciembre de 2013, decidió proclamar el 3 de marzo como el Día Mundial de la Vida Silvestre con el objetivo de concienciar acerca del valor de la fauna y la flora salvajes.
La fecha elegida marca el aniversario de la aprobación en 1973 de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, en sus siglas en inglés), la cual juega un destacado papel en la protección de la especies frente al comercio internacional.
«En este Día Mundial de la Vida Silvestre, promovamos la concienciación sobre la extraordinaria diversidad de la vida marina y la importancia crucial de las especies marinas para el desarrollo sostenible. De esta manera, podremos asegurar esos servicios para las generaciones futuras». —António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas
Vida subacuática: para las personas y el planeta
La campaña de este 2019, «Vida subacuática: para las personas y el planeta», se alinea estrechamente con el objetivo 14 de Desarrollo Sostenible («conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos para el desarrollo sostenible») con una atención especial en la conservación y el uso sostenible de la vida silvestre marina.
El océano contiene casi 200.000 especies identificadas, pero en realidad existen millones de especies. Más de tres mil millones de personas dependen de la diversidad biológica marina y costera para su sustento. La fauna marina ha sido el medio de vida para la civilización y el desarrollo durante milenios, nos ha suministrado alimentos y materiales para la artesanía y la construcción, además de enriquecer nuestras vidas desde un punto de vista cultural, espiritual y de ocio.
La capacidad de la vida marina para seguir proporcionando a la humanidad todo esto se complica cada vez más, ya que nuestros océanos y las especies que viven en ellos se están viendo amenazados por diversos peligros. Entre otros, la sobreexplotación, especialmente, la pesca no sostenible y otras prácticas de extracción de especies marinas, pero también otras grandes amenazas como los efectos del cambio climático, la contaminación marina y la destrucción del hábitat. Esto tiene un fuerte impacto no solo bajo el mar, sino en las vidas y el sustento de quienes dependen de los servicios de los ecosistemas marinos, en particular de mujeres y hombres en las comunidades costeras.
Los animales salvajes y las plantas silvestres contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos del bienestar humano y el desarrollo sostenible.
Por Dionicio Hernández Leonardo
Hoy, 3 de marzo, es el Día Mundial de la Vida Silvestre, instituido el 20 de diciembre de 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) mediante la resolución No. 65/205, con el objetivo de crear conciencia en las personas acerca de la importancia y conservación de la flora y la fauna en el planeta.
La vida silvestre es altamente importante para el ecosistema, el medio ambiente y el bienestar de la tierra. Debemos difundir la información de que casi todas las zonas geográficas en el mundo son sensibles a los cambios que se están experimentando en el mundo, en especial los cambios climáticos provocados por la acción de las personas. Debemos recordar que gracias a la vida silvestre existe un equilibrio natural en todos los niveles de la pirámide alimentaria, así como en la reproducción de la flora y de la fauna.
Termino esta nota con un pensamiento del escritor y ambientalista estadounidense Edward Abbey, cito: “La vida silvestre no es un lujo, sino una necesidad del espíritu humano, y es vital para nuestras vidas como el agua y el buen pan».